La importancia de la detección temprana del cáncer de mama

El cáncer de mama es el tipo de cáncer que se presenta más frecuentemente entre las mujeres, estimándose que al menos 1 de cada 10 mujeres será diagnosticada con esta patología. Este tipo de tumor maligno tiene una alta tasa de mortalidad, pero, de ser detectado a tiempo, puede llegar a curarse completamente. Por eso es de vital importancia la detección temprana del cáncer de mama por medio de la mamografía a partir de los 45 años.

Entre las pruebas diagnósticas no invasivas se encuentra la radiografía de mama (mamografía) y consiste en la realización de 2 proyecciones por cada mama. La baja dosis de radiación permite detectar posibles bultos, que localizados a tiempo, tienen cura. A partir de los 45 años, se recomienda que las mujeres se realicen este tipo de prueba cada 2 años, y así poder combatir el cáncer de mama a tiempo.

Además, existen otras pruebas diagnósticas mínimamente invasivas, como son la Biopsia guiada por estereotaxia. Esta prueba consiste en la obtención de una pequeña muestra de las células o de tejido para ser analizado. Y la Biopsia por Aspiración por Vacío, en la que en una sola punción se obtienen múltiples cilindros de pocos milímetros de espesor.

Aunque el componente genético y hereditario es uno de los principales factores de riesgo de esta enfermedad, aproximadamente, 2 tercios de las mujeres diagnosticadas no tienen registro familiar de cáncer. Es por ello por lo que realizarse auto exámenes con regularidad y acudir a chequeos anuales por parte de un médico especialista es sumamente importante.

Los chequeos médicos son recomendados especialmente para mujeres mayores de 40 años, pero se aconseja que todas las mujeres se realicen el auto examen al menos una vez por mes, preferiblemente durante la menstruación. Detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales significaría un tratamiento menos complejo y un pronóstico de sanación de hasta el 100%. Cualquier anomalía asimétrica, bultos, cambios en el color de la areola o alteraciones en la textura de la piel de la mama, pueden indicar un riesgo que debe ser analizado por especialistas médicos.

Estos son algunos de los factores de riesgo del cáncer de mama a los que hay que prestar atención:

  • Registros familiares de este tipo de cáncer, o cualquier otro, en la familia.
  • Haber tenido la primera menstruación antes de los 11 años.
  • Haber tenido el primer parto después de los 35 años o no haber tenido hijos.
  • Ser mayor de 40 años.
  • Haber estado en tratamientos hormonales durante la menopausia.
  • Haber tenido la menopausia después de los 55 años.

A través de la autoexploración es posible encontrar bultos o tumores en los senos, lo que llevaría a la detección del cáncer de mama en sus etapas iniciales. Este examen es muy fácil de hacer, no toma más de 10 minutos y realizarlo con frecuencia, además de educar al respecto, puede salvar la vida de millones de mujeres.